jueves, 4 de junio de 2015

Cuando lo externo nos afecta en el juego

En el futsal a menudo observamos jugadores que pierden rápidamente la concentración en un juego por disputas con los rivales, árbitros, compañeros o público asistente. 
También existen salonistas que se enfadan con ellos mismos en pleno partido.
Para un equipo esas conductas no suman, solo restan o dividen. Las energías y estados de ánimo de sus compañeros en ocasiones se ven muy afectados, situación que se traduce en un mal rendimiento colectivo e incluso generan un mal ambiente donde desaparece el disfrute.




Ante estas situaciones somos los entrenadores quienes debemos generar las condiciones propicias para que el equipo no vea afectada su propia concentración, rendimiento y cohesión durante el juego.
Una buena medida en la gestión del partido es decidir que ese tipo de conductas no tienen lugar y hacerle entender al deportista que debe descansar en el banquillo para ayudarlo a volver a la calma y enfoque que se necesita para jugar.
La presencia en pista es solo para aquellos cinco jugadores comprometidos con la causa del equipo: jugar intensamente, concentrados y con inteligencia!



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