sábado, 6 de octubre de 2012

EXPERIENCIA NACIONAL

Hace ya un par de semanas tuve la oportunidad de debutar siendo Entrenador en un torneo nacional de selecciones de ciudades, en este caso con mi equipo Ushuaia, donde debíamos devolver a nuestro seleccionado a la zona campeonato para la temporada 2013.
Primero debo comentar que tengo el honor de ser el seleccionador de Ushuaia desde mediados de mayo 2012, pero por razones de estudio recién mi ciclo comienza con la preparación el 12 de julio 2012, casi 2 meses después y 60 días antes del torneo que se disputó en Mendoza.
En ese camino ha habido muchos inconvenientes en la conformación de la plantilla definitiva y en la concreción del viaje en sí mismo, dada la escasez de recursos económicos y la falta de apoyo que evidencia el Fútbol de Salón en nuestra comarca, a pesar de ser el deporte mas popular y de mas proyección a nivel nacional e internacional.
Algo que a mi personalmente no me sorprende, pero si me molesta y bastante (debo ser claro en esto) ya que todo nos cuesta mucho y los pocos laureles que obtuvimos (entre ellos un jugador campeón del mundo) no han sido conseguidos por azar o regalados.
Al comienzo me embargó una alegría tremenda (todavía me dura) porque considero a la selección mi casa desde pequeño, así que soy una persona muy afortunada.
Lo primero en este proceso ha pasado por la elección del modelo de juego a utilizar y en este punto la ayuda de muchas personas, cuerpo técnico, entrenadores (Suso Méndez de Gáldar por ejemplo) y jugadores, ha resultado fundamental.
Porque la manera de jugar del equipo debe responder al estilo propio de nuestra tierra, jugar como Ushuaia. Así que la pregunta que he realizado desde el principio (¿A qué juega Ushuaia?) fue el trampolín para la concreción de un sueño y un objetivo que todos los componentes anhelábamos.
¿A qué juega Ushuaia? pues no es muy difícil de responder: a la "nuestra".
¿Cuál es la nuestra? pues jugadores fuertes en el 1x1, un modelo de ataque que alterna 1-2-1 y 3-1 con buena elaboración de juego, ataque de 5, defensa individual cerrada (en diversas alturas) y un buen contragolpe.
Los quintetos con arquero fuerte y de muy buen recurso con sus piés, un poste con manejo en ataque y presencia en marca, alas veloces y polifuncionales, un pivot goleador clásico omnipresente y que juegue bien de espaldas en cualquier sector de la pista.
Lo segundo fue la planificación de los trabajos más convenientes para la preparación del equipo en base a ese modelo de juego, teniendo en cuanta la calidad y nivel de los jugadores convocados.
Dentro de este apartado hubo que pensar los ajustes extras que el modelo necesitaba para tornarse un poco más reciclado y moderno, por ejemplo la defensa finalizó siendo mas alternativa que individual.
En el ataque la lectura del juego debía ser mayor a lo que estaban acostumbrados los atletas, en base a un 1x1 aún mas fuerte al habitual, lo que nos permitió agregar aclarados, disparo exterior potente y eficaz, velocidad y calidad de pase, movilidad y desmarques, apoyos atacando líneas defensivas, juego entrelineas y exterior por bandas.
También agregamos estrategias a balón parado muy sencillas, en las cuales también los jugadores participaron y aportaron sus opiniones a las mismas.
La elección de los jugadores también tuvo obstáculos diversos, sobre todo por el nivel amateur de la liga local ya que el jugador de Ushuaia debe trabajar aún mas en los entrenamientos, comprometerse mas con el equipo, e interpretar que su buena calidad técnica debe estar al servicio de un plan diseñado colectivamente.
Aún así tuvimos muchas pautas de tareas donde buscamos fortalecer la motivación, la competencia interna, la confianza en sus propias facultades, la toma de decisiones y una mentalidad ganadora y solidaria.
El compromiso con los objetivos teniendo en cuenta situaciones personales, laborales, de salud y de ideas.
Todo ello me llevó a confeccionar una lista de 36 jugadores, antes de elegir los 15 definitivos.
Durante las primeras 3 semanas acontecieron diversas circunstancias y la lista comenzó a disminuir de número, empezando por lesionados, aquellos afectados a trabajos que no apoyan a los deportistas, continuas inasistencias a los entrenos y situaciones personales varias.
En general el compromiso de la mayoría estuvo presente en todo el proceso, finalizamos el mismo con 14 jugadores en condición de desplazarse al torneo y con el 70 por ciento del plantel debutando en torneos de este calibre, con un promedio de edad de 25 años.
Nuestras expectativas eran clasificar entre los mejores 4 del torneo, pero el mayor desafío ha sido sin dudas aportar los recursos económicos para subirnos al avión o al colectivo que nos desplazara hasta Cuyo.
Todos los integrantes del equipo debimos hacer un esfuerzo extra en lo económico, para pagarnos lo propio y ayudar a muchos de los que no podían viajar y eso también fue importante para lograr el objetivo.
El compromiso, el trabajo, la humildad y la unión del grupo, han sido valores determinantes en este caso. Los valores que nos permitieron soñar y llegar a ser competitivos.
El equipo consiguió alzarse con el campeonato, enaltecer la tradición de nuestro mejor Futsal por el juego y la actitud demostrada en cada partido, tuvimos al goleador del campeonato y al mejor jugador de la competencia.
Competimos seriamente como profesionales, aunque somos Amateur en la faz de los recursos para trabajar.
Ahora nos toca hacer el balance, y pensar en la responsabilidad de continuar trabajando con seriedad, porque la próxima oportunidad está cerca y será mas complicada aún.
Manejamos nuestras emociones dentro de nuestras posibilidades, tuvimos un plan que ha dado resultados, el cuerpo técnico practicó la horizontalidad diariamente, el scouting de los rivales funcionó a pesar de nuestras carencias.
El resumen del logro es que con trabajo, confianza, planificación y paciencia pudimos potenciar nuestros puntos fuertes y maquillar nuestras debilidades.
Pero por sobre todas las cosas fuimos fieles a nuestro estilo, al de la historia del Futsal de Ushuaia.