Capacitarse es
seguir creciendo. Compartir experiencias nos enriquece y aumenta el valor de
todo aquello que intentamos en la vida.
Al emprender el
viaje del aprendizaje, muchas de las nuevas tendencias provienen del
intercambio de experiencias entre pares (salonistas) con realidades muy diversas.
La innovación depende
de la confianza en lo que se intenta ejecutar.
Está condicionada
por nuestra realidad, entorno, coyunturas y vaivenes en la organización del
deporte y la sociedad donde se genera.
El futsal también
es influido por su propia realidad en el marco estructural y en el juego real,
de acuerdo a las culturas, regiones y climas donde se lo practica.
Sin lugar a dudas
el futsal mundial vive y transita diversas, en ocasiones preocupantes, realidades
de varios de sus temas fundamentales.
Al ser un deporte joven adolece, sufre, juega
y disfruta. También siente que no es reconocido por algunos de sus pares, ni
siquiera protegido y valorado por aquellos que velan por su identidad,
organizan sus calendarios y dictan sus reglas.
Como un
adolescente viaja de pista en pista por el mundo sin medios ni recursos suficientes para valerse
por sí mismo, dependiendo de sus tutores, porque su padre Don Juan Carlos Ceriani
ya no está aquí para ayudarlo y protegerlo.
Su futuro es
promisorio pero también confuso, aunque sabe que su identidad, esa perla
venerada y alimentada cada día por millones de apasionados salonistas que
trascienden los mezquinos caprichos de las federaciones en todo el planeta, es
su principal arma.
Quién no se ha
detenido en algún gimnasio vacío a pensar por qué los pabellones del mundo no alcanzan
para que el fútbol de salón sea practicado en los clubes, colegios y
municipios.
A preguntarse
también por qué la falta de propuestas en el rubro capacitaciones y
titulaciones de la gran mayoría de los países atenta contra la calidad en la
formación de base y, en consecuencia, contra el futuro.
Por qué una gran
parte de los entrenadores no se preocupa por formarse y brindar lo mejor de sí
mismos al deporte, no solo por buscar la gloria personal y el resultadismo
exacerbado.
Por qué tenemos
dos federaciones... una propia y otra de fútbol... ambas con evidentes
contradicciones en los fines que persiguen.
Tantas preguntas
por responder cada vez que se juntan en grupo los salonistas de diferentes
regiones, credos, tradiciones y maneras de ver las realidades, coincidiendo en
estos temas de fondo y sus matices... desde Ushuaia a Siberia, pasando por
China, Japón y Qatar.
Ese adolescente
sueña con ser olímpico, por su felicidad y por el bien común de sus seguidores.
Es feliz de ver a
extraordinarios jugadores como Vinicius defendiendo la importancia de que el
futsal sea transparente, genuino, honesto.
O las ganas de
Pinilla y Falcao de seguir jugando para siempre, eternamente de lujo y para su
equipo.
Disfruta de las
gitanas, las atajadas de Zulueta, Amado, Elías y Garcete, la creatividad de
Ricardinho, la magia de Mescolatti, los aclarados para Neto, las defensas altas de Venancio, el 4.0 de
Zego, la posesión de Velasco, las frases de Candelas, las ganas de Matias de
volver a jugar, los goles de Wilde, Camilo Gomez y Vaporaki.
Tantas cosas
buenas, todas esas de cuando sos joven y soñás...los pocos libros referenciales
que nos marcan un camino, la ilusión de hacernos mayores y convertirnos en
quien deseamos ser de pequeños.
Por momentos se
pone triste cuando recuerda quién le hizo daño, quién quiere lastimarlo,
dividirlo.
Pero la memoria
está presente en él y en muchos de sus seguidores.
Las heridas
cerrarán, es momento de adaptarse, de seguir jugando sin perder la visión
periférica, intensamente... en equipo... creativamente.
Y para ser
creativos hay que compartir.