viernes, 3 de mayo de 2013

LAS CAPACIDADES DE DESARROLLO EN LA BASE

Cuando diseñamos objetivos, imitamos aquello que en la vida  llamamos planes personales, como quiero llegar a este u otro anhelo, lo que en definitiva quiero para mi existencia.
Transitamos ese camino con un bolso lleno de condicionantes, como la formación adquirida, las relaciones con mis pares, lo externo, lo innato, el ego y... los planes.
Siempre estuve abierto a los cambios y las posibles oportunidades que suceden tras ellos, sobretodo en la práctica de mi deporte.
Tengo la certeza que este hecho proviene de mi historia de vida, pero también como consecuencia de la práctica activa del futsal desde que era un niño.
Y digo esto porque los cambios, y las situaciones irrepetibles, están presentes en nuestra vida diaria y en nuestro deporte del fútbol de salón.
Uno aprende a descifrar circunstancias que transcurren vertiginosamente, con colaboración y oposición, con elementos externos distrayendo la atención selectiva... y con los planes bajo el brazo.
Y tomamos interminables decisiones ante cada situación, ejecutando estas acciones de la mejor manera, equivocando y acertando todo el tiempo. Aprendiendo.
De esas situaciones surgen las capacidades que vamos desarrollando para poder crecer, madurar y equivocarnos menos, disfrutar, ser felices en definitiva.
Todo ese bagaje de atributos desde el punto de vista del plan, son medios para entender mejor como implementar lo que nuestra mente le ofrece al corazón y al espíritu.
El equilibrio de estos aspectos en el deporte, necesita de un plan que permita acompañar de la forma mas natural posible, que esas capacidades se desarrollen en su estadío o edad madurativa, y de acuerdo a ello.
Las cuatro capacidades o aspectos: Físico (dentro del cual está incluido el psicológico), Técnica (golpeos, pases, gambetas, conducción, marcajes), Táctica (conocimiento, estrategias, sistemas o dibujos espaciales, fundamentos del juego) y Creatividad (Presencia, Toma de decisiones).
De acuerdo a estos procesos naturales no somos siempre los mismos para actuar en la vida...y debemos agradecer ese hecho; sin perder la esencia aprendemos en base a experiencias. Prueba y error.
Por ejemplo transmitir algún fundamento sobre las partes del juego, que son ataque y defensa, (lo cual es táctica), de acuerdo a las edades.
Cuando es el momento en el que estamos en cada una de esas partes mientras jugamos, es cargar información en las memorias del cuerpo.
Pero se pueden hacer igual juegos y tareas para esta faceta en cualquiera de ellas, varía en todo caso el nivel de conocimiento y la manera de expresarlo lo que se adaptará a los deportistas.
Desde los 5 años y hasta los 40 puedes aprender, serás más capaz de niño que de adulto, pero mas simple y paulatina de niño que en adultos, ya que estos últimos poseen mas experiencias y fuerzas físicas.
Sabrás como golpear un balón a los 10 años, pero habiendo practicado desde los 5 años, y con elementos de peso y diámetro acordes a tu cuerpo y sus capacidades por ejemplo el equilibrio, fuerza y coordinación, ayudados por el procesador que poseemos en nuestro cerebro y sistema nervioso central (SNC).
Cuando hablas de momentos del juego, estás diciendo que el presente es lo que marca la diferencia, esa vivencia en adultos llamada concentración, para los niños debe ser el disfrute de correr tras el balón.
Y en adultos puedes disfrutar corriendo con un sentido, sabiendo si estás en momento de armar o elaborar algo para tu vida, o ya progresando en el presente, para llegar al momento del gol, en definitiva lo mismo de niños pero entendiendo como llevar a cabo el plan que soñaste, poniendo prioridades.
En síntesis podemos trabajar las capacidades en niños, jóvenes y adultos de ambos géneros, siempre respetando sus momentos, compartiendo y colaborando en su camino.
Sin formación o con demasiada información, no ayudamos a los demás en ese camino del aprendizaje y el crecimiento a la plenitud.
En los partidos de futsal reales por ejemplo los estímulos son muy dispares en niños, jóvenes y adultos.
Los entornos suelen traer un estrés extra deportivo que desgasta parte de nuestra energía física y psíquica, lo que repercute en el optimismo y la relajación, situación que hace necesario vivir la experiencia en edades tempranas combinando estímulos diferentes de acuerdo a las semanas, no hay apuros.
Debemos aprender a jugar con nuestra creatividad ante cada situación de acuerdo a como se presenta y el momento que toca atravesar, y aprovechando aquello que genera dolencias para transformarlo en combustible para continuar.
Las experiencias nos regalan el don de percibir mejor un mundo que cada día gira más velozmente, es importante aprender de todo lo que nos va sucediendo en el presente, no detenernos o lamentarnos sobre aquellas cosas que no podemos remediar ayuda a sobrellevar situaciones de manera mas sencilla y simple.
Por cierto no nacemos sabiendo como hacer las cosas, todo lleva un proceso largo y donde la paciencia es el mejor de los aprendizajes.
Como digo a los niños: "lo mas importante es divertirse", jugando para aprender a sobrellevar mejor un mundo exigente.
 




Fotos: Futsal de Acá y La Bestia Deportiva.