Hace un par de semanas mientras un profesor me corregía un concepto básico sobre nuestro deporte, en ocasión de mostrarle una tarea que había diseñado para mejorar las cinco capacidades de un equipo en pre temporada, pude comenzar a comprender que significa conocer la estructura del juego.
Algunos de los fundamentos (no todos) que hasta ese día eran parte de mis paradigmas, de repente se desintegraban por completo.
Sin embargo no pude dejar de reflexionar durante esos días en el tema, estando presente en mas de doce sesiones semanales de entrenamientos y con grupos de diferentes niveles y edades (6 a 30 años).
Cada sesión me recordaba el tema ante cada situación y circunstancia que rodeaban la planificación, lo cual me generaba un fluir de nuevos y variados enfoques en base a las tareas que se iban desarrollando.
Juegos de 1x1, 2x1, 2x2 y hasta 3x3 o 5x4 me motivaban a pensar en la estructura del juego según mi propio punto de vista. Los argumentos necesarios para ejecutar esas acciones tenían que ver con aspectos imprescindibles del futsal en el juego real.
Una gambeta ante la presión, un pase que rompa líneas defensivas anulando rivales, la postura y distancias defensivas en los marcajes, saber temporizar y entender la situación espacial (inferioridad-superioridad numérica) ambicionar la finalización en diferentes situaciones, colaborar con mis pares ofreciendo apoyos y coberturas, todos recursos válidos en la columna vertebral del juego.
Comprender la necesidad de elaborar, progresar y finalizar pero manejando los tiempos del juego de acuerdo al resultado del score y tiempo restante, dentro de un plan y modelo.
En definitiva la toma de aquellas decisiones que debemos realizar durante todo el juego.
¡Todo eso que era parte de mis paradigmas!...solo que no me detuve a pensarlo desglosado ordenadamente, en forma mas científica si se quiere, fluyendo en la maratón de sesiones y temporadas.
Cada día ante una situación que nos saca de nuestra zona de confort, debemos luchar por adaptarnos, por realizar mediante una pulida ejecución una correcta decisión, en poco tiempo y espacio, eso es nuestro mundo. Eso es el juego y su estructura.
En la vorágine diaria de la formación perder la brújula puede tener efectos no deseados, no debemos olvidar los principios y objetivos de cada grupo de acuerdo a su estadío, sin alejarnos de lo esencial.
Es por ello que debemos animarnos a llevar a la acción planteos más audaces y ambiciosos, a diseñar tareas que convivan con la estructura, sobre todo en la base.
Desde la iniciación hay que indagar en las partes antagonistas que componen las dos caras del futsal: el ataque y la defensa, sin olvidarnos del vértigo de las transiciones.
Estando presente el espíritu de la estructura del juego en las tareas sin perder la esencia lúdica, aseguramos a los salonistas vivir la experiencia de trascender condicionantes y adaptarnos a las circunstancias.
En síntesis, jugar libremente sin perder el equilibrio.
En síntesis, jugar libremente sin perder el equilibrio.