lunes, 25 de agosto de 2014

La importancia del balón en el futsal base.

Partido entre Escuela de Futsal MB y Ateneo, categoría 2007.

Uno de los temas de fondo de nuestro deporte cuando hablamos de formación en la base es el elemento fundamental del juego: el balón.
Cuántos de nosotros nos encontramos con balones de peso, pique, material y diámetro no adecuados en partidos oficiales, encuentros deportivos, campus o escuelas de futsal alrededor del mundo.
No es un tema menor. Los niños, durante la etapa madurativa que abarca entre los 5 y  los 11 años de edad, experimentan diversos traumas debido a la falta de balones de calidad (no hablo de marcas, sino de características).
La dureza de los materiales, por ejemplo, genera traumatismos y distensión en sus partes blandas (tendones, ligamentos, cartílagos, músculos y piel) no solo por los impactos directos sino también en el momento de la ejecución de los gestos técnicos.
Emocionalmente, un golpe en el cuerpo con un balón de peso y dureza mal calculados afecta también el ánimo de los niños.
Una circunferencia mayor a cincuenta y ocho centímetros dificulta el normal desarrollo de las capacidades técnicas específicas, por ejemplo, los controles con planta y las orientaciones.
Un material flexible y esponjoso también ayuda en la mejora del pase y los desplazamientos ya que la trayectoria limpia del balón favorece la faceta dinámica del juego.
No están a disposición en el mercado local argentino balones de futsal que se encuadren en el reglamento y que hayan sido diseñados para favorecer la práctica formativa en la base, de materiales acordes a las necesidades de los niños y sobre todo que cuiden su salud psicofísica.
Como siempre, parece que el negocio prima sobre las capacidades que debemos desarrollar para formar mejor a nuestros pequeños salonistas.





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