domingo, 8 de abril de 2018

¿Porqué somos una escuela de futsal? (Parte 4)

La Escuela de Futsal MB funciona desde el año 2010, y hasta 2016 lo ha hecho como un emprendimiento privado y sin subvenciones estatales.
Desde 2017 ese impulso ha mutado favorablemente hasta transformarse en una asociación civil sin fines de lucro.
Esa evolución estructural y cuantitativa, cuyo objetivo principal continúa siendo brindar un espacio de formación por medio del deporte futsal, su rica historia local, características e identidad, comienza a transitar un nuevo camino en materia de calidad.
Calidad que el futsal mundial también necesita en sus estructuras tan caóticas y paradojales, simples y propias, similares al juego en sí mismo.

En Ushuaia también es tiempo de mejorar la calidad del futsal, es fundamental entender su orígen, coyuntura, circunstancias y hábitos dirigenciales para poder entender mejor su estructura, la cual no es otra que la de la sociedad y sus vaivenes, en un país con el potencial para lograr cualquier cosa que alguien se proponga.


Convertirse en otra entidad sin dejar de lado la esencia medular hoy es vital para el desarrollo de un deporte como el futsal. En estas latitudes el futsal vive en la grandeza de ser humilde, reconocido, popular y con pergaminos mundiales, aunque sin el marco de calidad necesario para ser aquel que podría ser (olímpico, por dar un ejemplo).


En Argentina vivimos tiempos difíciles desde lo social, la intolerancia predomina nuestros entornos, la falta de visión colectiva está generando que la calidad para hacer las cosas cotidianas se vaya degradando, el nivel de las metas y objetivos que los individuos buscan cada vez rozan mas la virtualidad de lo efímero. Y si bien todo lo es, efímero como las transiciones, ese lapso debería ser aprovechado al máximo de nuestras posibilidades.

Dar el máximo de nuestras posibilidades sin pedir un vuelto por ello, por decisión propia, convicción por aquello que amamos y deseamos alcanzar.
En búsqueda de esa identidad de calidad nos encontramos trabajando con mas personas de nuestra región, y de otras, que buscan afianzar vínculos mas perdurables, recuperar esas entidades donde se construyen opiniones diferentes pero complementarias.






Un club representa la identidad de un lugar, ya sea un barrio, ciudad o país.
Ese valor imprescindible es el mismo que muchas veces, en el futsal por ejemplo, es vapuleado por actores propios del deporte o por agentes externos del mismo.
No reconocer o aceptar el rol, importancia social y los logros de un club o del futsal en nuestra comunidad también habla de la falta de identidad, en una sociedad cada vez mas corrompida por el desánimo y la liquidez.
La crítica estéril por aquello que no funciona como debería o que es peligroso para el estado de confort de algunos ociosos, también es moneda corriente en el armado de cualquier equipo o deporte, la colectividad siempre en tela de juicio. Individualismos.
Menciono esto porque el armado de convenciones colectivas (equipos) resulta complejo en una sociedad que pregona el sálvese quien pueda y que, paradojalmente, necesita de esas estructuras, en este caso clubes, ligas, federaciones y gobiernos.
Entidades de encuentro y necesarias para discutir la calidad con la que deberíamos afrontar nuestras necesidades.




Somos una escuela de futsal con nombre propio y con una historia colectiva que pregona los valores como pilares fundamentales de la sociedad humana.
Mediante la práctica del futsal, buscamos vincularnos y mirar juntos un horizonte en común, caminar acompañados para cumplir nuestros sueños. Aprender unos de otros.



"Hay dos funciones de los entrenadores formadores de futbolsala base que me parecen imprescindibles: establecer límites y provocar sueños. Puede parecer una paradoja, pero no lo es". Jesús Candelas

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